Antecedentes históricos en la inclusión
socio/laboral de los más vulnerables:
“La Educación No
formal de jóvenes y adultos, en
situación de vulnerabilidad (a causa de la pobreza, en situación de
calle y la violación de los Derechos Humanos) para la inclusión en el mundo laboral en el siglo
XXI.
Jóvenes y Adultos
en Argentina, Latino América y Europa.
Síntesis histórica.
Las ideas y propuestas pedagógicas deben llegar a todos y todas,
abarcando la totalidad de los niveles educativos, siendo la educación para la
vida de suma importancia, dado que desde edades muy tempranas se puede
construir la verdadera calidad de vida, por lo tanto las reformas educativas
deben contar con el esfuerzo de todos/das los actores sociales.
Con respecto a las legislaciones actuales
sobre los derechos de las personas con diversas patologías fisiológicas y
psíquicas para su inserción socio/laboral, está focalizado en la valoración de
las diferencias, no en el déficit, y en brindar los apoyos necesarios, pero
para poder valorar esta dimensión actual resulta importante saber lo que ha acontecido en la
historia con respecto a dicho tema, sabiendo que nuestro presente es
consecuencia de los hechos históricos y políticos de la humanidad.
En relación a la inclusión y el rol
social de las personas en situación de vulnerabilidad , han habido importantes
avances, aunque todavía resulta difícil romper con ciertos estigmas exclusores
y discriminatorios, pero la educación, la cultura y la información hacen que
los pueblos construyan realidades más significativas y beneficiosas para los
individuos y, a su vez, que esos individuos sean críticos y analíticos de su
propia realidad, reformulándose así en forma permanente dichas prácticas
sociales.
En épocas remotas la esperanza de vida de
las personas que sufrían alguna deficiencia era muy reducida, pues influían
sobre ellas con acentuado rigor los factores climáticos, sanitarios y
alimentarios, así como las frecuentes guerras, conquistas y colonizaciones
propias de esos tiempos. En Esparta ( Grecia ), los recién nacidos eran
reconocidos por el Consejo de Ancianos y si presentaban alguna malformación o
debilidad notoria, o si simplemente no parecían tan fuertes como los cánones
espartanos lo exigían, eran arrojados a una caverna del monte Tai jeto, llamada
Aposenta.
En cambio, la contrapartida, en el Siglo
XV se revela una civilización que brinda un trato humanitario a la persona que
presentaba alguna problemática física o psicológica, aun dentro de una nítida
segmentación propia de su organización política. En efecto, en el Imperio
Incaico (América) se establecieron sistemas de integración de personas con
problemáticas, a través del trabajo.
En el Imperio Incaico las personas con
problemas en el orden sensorial o mental eran destinadas a las labores del
campo., no en forma aislada (ya que, al parecer, la propiedad privada era
inexistente) sino con base en normas de cumplimiento general., en el
Tahuantinsuyo el trabajo era un deber social y toda persona debía emplear su
fuerza de trabajo de acuerdo con sus posibilidades.
A fines del Siglo XVIII, con el
advenimiento de las ideas liberales promovidas por la Revolución Francesa,
fueron gestándose, aunque en forma incipiente, movimientos sociales que
propagaban la ayuda y la solidaridad a favor de las personas con discapacidad.
En el Siglo XIX se crearon en varios
países de América Latina y en Argentina, instituciones privadas de carácter
asistencial para los jóvenes y adultos con problemas de vulnerabilidad y
exclusión, cuyo efecto era realizar acciones de cuidado y bienestar. También,
en el siglo XIX se produce en Argentina una clara división política, una dura
polémica ideológica una difusa escisión de estilos y creencias, y la creación
de la ley 1420, donde Don Domingo Faustino Sarmiento dio origen a una honda
reflexión sobre el destino del país y las formas que debía asumir la educación
para moldear con más eficacia un pueblo instruido, moral y libre, este hecho
fue verdaderamente importante y decisivo para la educación Argentina.
En Europa durante los años ochenta del
siglo XIX dominaba la creencia de los procesos vitales: el universo entero y en
la Argentina particularmente, existía la visión de que los humanos, “los
civilizados” estaban llamados a un perfeccionamiento incontenible. Esa mística
progresista se basaba en la idea de que, mediante reformas educativas,
socioculturales e instrucciones tecnológicas,
barrería para siempre todos los males de la humanidad, por lo tanto el
siglo XIX, de alguna manera u otra seguirá portando este bagaje y por ende, la
educación y formación laboral para los jóvenes y adultos estará atravesada por
estas cuestiones históricas, por esta razón se torna imprescindible esta
cronología.
En el Siglo XX, luego de la Segunda
Guerra Mundial, se presentan situaciones de coyuntura que influyen en la
adopción de decisiones por parte de los países beligerantes, pues existía el
deber elemental de proteger y asistir a los soldados que habían sufrido
mutilaciones y perturbaciones de toda clase por efecto de la guerra.
La Segunda Guerra Mundial involucró a una
mayor cantidad de países y sus efectos fueron devastadores en todos los
aspectos del quehacer humano, se produjo también una gran cantidad de soldados
discapacitados, que regresaban a sus hogares sin ninguna perspectiva laboral
inmediata.
También, durante la Segunda Guerra
Mundial, existió escasez de recursos humanos en las empresas, dado que los
elementos más aptos se encontraban en el frente de la batalla. En consecuencia,
los gobiernos implantaron una serie de reformas que hicieron más fluido el
acceso al empleo de las personas con discapacidad, primordialmente para
sustituir a quienes se habían convertido en soldados.
En la década de 1940
(presidencia de Juan Domingo Perón), en Argentina, los conceptos que impregnaban las cuestiones
socio/educativas eran: instrucción, enseñanza, capacitación y aprendizaje: la educación es el término más
englobado, es toda transmisión de saberes sin distinción. Si la tomamos desde
el punto de vista de los actores puede distinguirse entre educación popular (en
la organización de los estados liberales fue sinónimo de instrucción pública) y
de élite. La primera tiene como objetivo formar al ciudadano, capacitar mano de
obra para eficiencia de la producción (sin ser laboral): socialización,
formación para el sistema político y formación ideológica.
Instrucción va a
estar más vinculada a una situación predeterminada y buscada y que presupone la
participación activa de los protagonistas, se refiere al sistema educativo en
todos sus sentidos y está destinada a sujetos que actúen en un cierto marco
político jurídico, que cumplan obligaciones y gocen de derechos y suponiendo una
selección de conocimientos (su expresión de legado es la Ley 1420).
En el plano de la
cultura y la educación, dos caracteres generales definen al gobierno peronista
que se inicia en 1946: el primero de ellos es que no se basa en una doctrina
del Estado tendiente a una educación del hombre a sus intereses, sino una
doctrina del hombre a la que se adecua el Estado para servir al hombre, en
síntesis: la cultura y la educación son realidades dinámicas, que según la
masa, convertida en pueblo, se asume a sí misma y rescata su identidad, según
la visión de esa década 1940.
Aprendizaje y
capacitación se relacionan con fines laborales e industriales, en un principio
capacitación va a estar vinculada a las necesidades de la industria y será
impartida por particulares o instituciones intermedias (sindicatos, iglesia).
Hasta la década del 40 este sistema no va a estar incorporado al oficial, luego
aparecerá un nuevo actor educativo: el aprendiz; que tendrá su expresión legal
con la creación de la C.N.A.O.P. (Consejo Nacional Argentino Organizativo para
el Trabajo.1944). Tiene dos características que la diferencian de la
instrucción: está destinada a los aprendices y sólo tiene sentido en cuanto se
relaciona con el trabajo.
Se pueden apreciar los importantes
cambios que se han efectuado en Occidente con respecto a la inclusión de
personas vulnerables y excluidas del el
mundo laboral y en el transcurso de la historia, destacando que la Segunda
Guerra Mundial ha sido trascendente en cuanto a la toma de conciencia, ya que
una vez finalizada ha dejado antecedentes satisfactorios acumulados por el
desempeño de las personas vulnerables en los cargos asignados, así como los
desajustes entre oferta y demanda del mercado laboral, ampliando y
“aggiornando” las ideas sobre los procesos de rehabilitación, ya que antes se
consideraban como “casos” o un asunto exclusivamente médico. En adelante, todo
régimen que se adopte deberá reconocer el problema humano en que está inmersa
toda persona. Con estos valiosos elementos los países miembros de la OIT
(Organización Internacional del Trabajo) configuran progresivamente sistemas de empleo en los que se incorporaron
dispositivos legales.
La OIT fue y es uno de los engranajes
fundamentales a la hora de estimular, gestar y monitorear la educación para el
trabajo en las personas vulnerables y excluidas. Fue la OIT la que en 1944,
hizo uno de los primeros reconocimientos internacionales de los derechos de las
personas con discapacidad a las oportunidades de trabajo estableciendo que los
trabajadores discapacitados, cualquiera se el origen de su discapacidad,
deberían recibir oportunidades de rehabilitación, asesoramiento, profesionales
especializados, formación, reconversión profesional y empleo en trabajos
diversos.
También la OIT manifestó que las personas con diversas patologías
mentales o físicas deberían, de ser posible, recibir formación junto con otros
trabajadores, bajo las mismas condiciones y el mismo pago. Hizo un llamado a la
igualdad de oportunidades en el empleo para los trabajadores y la acción afirmativa para promover el
empleo de trabajadores con serias problemáticas.
A pesar de lo planteado anteriormente,
desafortunadamente aún hoy sigue habiendo, en los ámbitos educativos formales y
no formales, culturales y sociales, “barreras” que obstaculizan la
implementación de apoyos y flexibilización, por ejemplo: curriculums educativos
estáticos e inflexibles. Esto se debe a las actitudes inadecuadas de muchas
personas, que no ven “más allá” de su propio egoísmo, poniéndose en posturas
obsoletas que no benefician a nadie, frenando así, la incorporación de nuevas
acciones basadas en la valoración de las diferencias, de la diversidad, de las
posibilidades y los apoyos, siendo que la educación formal y no formal es un
pilar fundamental en cual se reproducen las cuestiones sociales y el individuo
puede elevar su autoestima y fortalecer el respeto de sus derechos.
Al referirnos a EDJAT ( Educación de
Jóvenes y adultos para el trabajo), teniendo presente una mirada más allá,
abierta y flexible a los cambios, no podemos olvidarnos de que en la década del
60, en América Latina, emerge el pensamiento de Paulo Freire, pedagogo
brasilero (1921-1997), como una propuesta crítica de denuncia hacia los problemas
sociales que afectaban y afectan, sobre todo a los sectores sociales más
desposeídos, comenzando su análisis en Brasil y se transmite por toda
Latino-América en forma paulatina a través de las décadas siguientes.
El pensamiento de Paulo Freire se inserta
en las corrientes de la pedagogía crítica, lo que significa, tomar como punto
de partida, problematizar y transformar a la educación en una herramienta al
servicio del cambio social en Latinoamérica.
Piensa que uno de los propósitos educativos
esenciales es aprender a reflexionar e interpretar el mundo que ha tocado
vivir. Más allá de las intencionalidades de cambio político que sustentaron sus
desarrollos teóricos y pedagógicos/didácticos, las metodologías que refieren al
proceso de enseñanza y aprendizaje son, hasta la fecha, aplicadas en distintos
ámbitos de la educación formal y no formal en el ámbito de la formación laboral
y alfabetización.
También, Sarlo, 2004 expresa que Los conflictos que provienen de
las nuevas modalidades de la cultura juvenil; la escuela argentina los ha
encarado con seriedad en los últimos años, porque la Argentina es un país en
crisis económica, entonces ha habido muy poca disposición para pensar realmente
en profundidad estos problemas. Argentina tiene además un sistema educativo
estallado híper federal donde no hay autoridad educativa, donde no hay una sede
educativa en la cual pueda discutirse verdaderamente una problemática de nivel
nacional.
El análisis que
realiza Beatriz Sarlo 2004, se vincula notablemente con Michael W. Apple, uno
de los más importantes autores de libros de política educativa de difusión
mundial en la actualidad, Apple. M al visitar Argentina en el año 2006, en una
conferencia realizada por gremios docentes en el partido de Almirante Brown,
provincia de Buenos Aires, en una exhortación en las instancias de debate,
expresó con mucho optimismo que a pesar
de las adversidades y en medio de la crisis en Argentina, hay docentes con muchas
ganas y creatividad con capacidad increíble para diseñar, aprovechar y superar
las adversidades, creando así una educación dinámica y generadora de
conocimientos.
En alusión a lo expresado por M. Apple, a
la hora de llevar adelante proyectos innovadores y viables en la (EDJAT) desde
un aspecto que engloba todo lo que concierne a la comunidad, al contexto
socio/político equitativo e inclusivo en Argentina, resulta imprescindible el
marco legal, por lo tanto, en
Argentina la actual Ley de Educación Nacional y la ley de Educación
Técnico/Profesional aplicable también a personas discapacitadas, esta ley tiene
vinculación entre los procesos educativos formales y los no formales, con
especial referencia a los aprendizajes logrados en instancias formativas y de
experiencias directas a través del desarrollo laboral y desempeño social
general. Como ejemplo del enfoque vigente se cita el artículo 17 de la ley de
Educación Técnico/ Profesional:
“La formación profesional es el conjunto de
acciones cuyo propósito es la formación socio/laboral para y en el trabajo,
dirigida tanto a la calificaciones como a la recalificación de los
trabajadores, y que permite compatibilizar la promoción social, profesional y
personal con la productividad de la economía nacional, regional y local.
También incluye la especialización y profundización de conocimientos y
capacidades en los niveles superiores de la educación formal”. Ley de
Educación Técnico Profesional, Art. 17
La persona vulnerable y excluida, a
través de la educación formal y no formal y la formación laboral, en la medida
de que las condiciones de orientación y apoyatura son adecuadas, logra: “ser”,
“hacer” y “ser parte” activa de la sociedad.
La didáctica y las
prácticas educativas en general debieran ser realmente viables para los alumnos
y alumnas y debieran ser coherentes con las necesidades de la comunidad en la
que los/las jóvenes y adultos, ya que la
falta de coherencia produce, en la práctica y en la proyección, efectos
negativos y perjudiciales afectando la autoestima y procesos psicológicos de
los sujetos que aprenden.
Se necesitan docentes y
profesionales capacitados en esta nueva concepción de la educación: valoración
de las competencias y habilidades (EDJAP) permanente en un marco inclusivo y
diverso, la cual venimos interprendo en este trabajo, sin caer en la soberbia
de que estos cambios se den de un momento a otro, o de manera taxativa, sino
que debe ser un proceso paulatino, paciente y permanente, con el compromiso
de todos y todas, sabiendo que siempre
en todos los ámbitos de la sociedad hay personas que son resistentes a los cambios
y que están cerradas en su propia realidad, también hay otros que temen cambiar y otros que no desean
trascender ni transformar la realidad que los circunda, evitando ver “más allá”
de esa realidad.
Las ONG (Organizaciones
no Gubernamentales) pueden ser las que generen la idea del joven discapacitado
como fuerza de trabajo valorable, las generadoras de micro-emprendimientos basados en estudios de
factibilidad y comercialización. Resulta viable que las ONG sean un nexo entre
las empresas y los puestos laborales que expresen la inclusión laboral de las
personas con discapacidad por derecho y no por caridad. Las ONG pueden ir
generando la idea de que los/las jóvenes y adultos con discapacidad son
protagonistas y no actores secundarios como aún sigue estando el estigma. Ellos
y ellas tienen su propia vida, sus propios proyectos como humanos y pueden ser
formadores de opinión.
El interés por una educación de Jóvenes y
adultos para el trabajo (EDJAT) se remonta a las recomendaciones emanadas por
la UNESCO durante las décadas de los cincuenta y sesenta., en ellas se resaltan
las concepciones de la “educación
fundamental” y el “desarrollo de la comunidad”. Ambas estrategias pusieron
particular énfasis en que la actividad educativa estuviera orientada a dar
respuesta a las necesidades fundamentales y a la resolución de los problemas
sociales y económicos de las comunidades.
A fines de 1975,en La
Asamblea General de la ONU, se proclamó sobre los Derechos de las Personas con
diversas patologías, afirmando que las personas
sin discriminación sobre la base de sexo u otras fuentes de
discriminación, tienen los mismos
derechos civiles y políticos que las otras personas, así como también el
derecho a la educación, formación profesional, servicios de asesoramiento y
colocación, el derecho a asegurar y mantener el empleo o tener una ocupación
útil, productiva y remunerada
A pesar de que existen diversos organismos
internacionales y las ONG que protegen e impulsan la educación para jóvenes y
adultos en el mundo laboral. Hoy, Latinoamérica aún se ve inmersa en la
deserción escolar y el “fracaso educativo”, trayendo aparejada la capacitación
ineficiente para el desempeño de los sujetos.
Esta situación ha abierto
una serie de interrogantes en torno a la efectividad de la educación de jóvenes
y adultos para contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de las
poblaciones pobres y vulnerables, a su vez, lleva a mantener vigentes los retos
de esta actividad educativa, ante una situación de pobreza que ha tendido a
generarse en América Latina.
La EDJAT constituye, en
el ámbito del desarrollo local, una apuesta, que incorpora la noción de la
equidad, de ahí que se busque ubicar la educación de jóvenes y adultos
vinculada con el trabajo dentro de proyectos de país, que permitan aflorar
opciones sociales y económicas para los sectores de la sociedad más
desfavorecidos. En este marco resulta importante sustentar este interés
educativo desde la perspectiva del desarrollo humano, generando condiciones
para una mejor calidad de vida.
Calidad de vida es un concepto que
refleja las condiciones de vida deseada por una persona, en relación con ocho
necesidades fundamentales, que representan el núcleo de las dimensiones de la
vida de cada uno: bienestar emocional, relaciones interpersonales, bienestar
material (según la cultura occidental), desarrollo personal, bienestar físico,
autodeterminación, inclusión social y goce de los derechos humanos. Desde lo
antropológico social realizo una salvedad, que cada cultura, también posee una
visión de lo que para esa cultura es la calidad de vida, en mí narrativa
focalizo la visión occidental en una subcultura, que tiene que ver con la
provincia de Buenos Aires, conurbano bonaerense y dentro de un marco
latinoamericano posmoderno.
La EDJAT debería
insertarse dentro de una lógica inclusiva para que permita redinamizar los
espacios propios de las personas marginadas y excluidas, incorporar sus
actividades, sus “formas de hacer las cosas”, sus conocimientos y su cultura
del trabajo con la necesidad de que dichas personas desarrollen la capacidad de
generar iniciativas personales orientadas a la creatividad y potenciación de
sus propios recursos frente a un contexto económico en constante
transformación.
Resulta relevante y
significativo para el siglo XXI, que las políticas de “educación de Jóvenes y
adultos vinculadas con el trabajo” estén relacionadas con políticas de pleno
empleo y que incorporen la problemática laboral en los contextos de pobreza,
siendo sumamente importante el diseño, la gestión y la planificación del
currículo desde el nivel local respondiendo también, a la Región, definiendo
compromisos y prácticas, así como la necesidad de articular las políticas con
las diversas oportunidades económicas y productivas que presentan en el ámbito
local y en el amplio sector informal.
Como se expresó en un principio, es de notable importancia
que el Estado apoye a las ONG que cuenten con experiencias exitosas, o que se
encuentren en la tarea de focalizar su trabajo en sectores de la población muy
afectados en términos de ingreso y calidad de vida. En este ámbito adquiere
relevancia cooperar con los sectores de las ONG en los procesos de
sostenimiento, acreditación oficial y en la confección de estrategias para la
incorporación de sus programas de educación laboral.
Para poder brindarles a los jóvenes y adultos
una capacitación adecuada y funcional, resulta necesario conocer sus
características más particulares a la hora de tener presente los beneficios que
conllevan a una correcta transmisión de la enseñanza e incorporación apropiada
de los aprendizajes significativos y contextualizados.
La Educación Permanente,
en el marco de la Educación de los/las Jóvenes y Adultos, podrá alcanzar sus
objetivos en la medida que los/las docentes y directivos (de las instituciones
educativas formales y no formales) encargados de desempeñar dicha labor, logren
generar estrategias adecuadas a la situación y contexto propio de esos jóvenes
y adultos. Para ello se requiere una investigación psicosocial previa, que
permita echar las bases para la elaboración de procedimientos y técnicas
didácticas adecuadas y actuales.
La vulnerabilidad es una realidad
humana que ha sido percibida de manera diferente en los diversos períodos
históricos de la civilización. Durante siglos se ha hablado peyorativamente sobre
las personas con discapacidad; se los ha estigmatizado y esteriotipado,
encasillando en grupos sociales a aquellos individuos que comparten
determinados atributos.
Construir un puente entre las
generaciones es sinónimo de organizar todo un sector que no sea mercantil y, en
una realidad cada vez más conflictiva, las distintas generaciones deberán ser
conscientes de que se necesitan las unas a las otras, para salvaguardar lo
esencialmente humano.
El distanciamiento entre los programas
formativos y las realidades que se fue registrando en las pasadas décadas
provocó la desacreditación y el vaciamiento de contenidos de los títulos
otorgados por las instituciones educativas, lo que se vio agravado por la
pérdida de calidad de la formación y la posesión de un diploma que no acredita
contundentemente la real apropiación del conocimiento curricularmente definido.
La competencia laboral da una respuesta a
estas situaciones, al proponer el reconocimiento de los conocimientos y
habilidades de los individuos independientemente de la forma y lugar como
fueron adquiridos.
En Argentina y América Latina y el
Caribe, en el campo de (EDJAT) existe aún desafíos para el mejoramiento de las
relaciones entre educación y trabajo, ya que los cambios tecnológicos y
organizativos de la producción han producido en todo el mundo una cierta
perplejidad y, con respecto a las instituciones educativas y de capacitación, a
éstas se les exige cambios.
Estos cambios pueden crear una cultura y
un sistema de diálogo y negociación entre los actores de la producción, entre
sí y con los educandos. En América Latina y el Caribe, y por supuesto en
Argentina, puede ser un recurso efectivo para el inicio de “La conversación
real y comprometida”.
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