Inclusión socio-laboral y apoyos en
el marco del Enfoque de Calidad de Vida,
siendo la actual visón que ofrece los Organismos Internacionales:
La EDJAT (UNESCO, 1999), con relación al ámbito del
desarrollo local, implica una apuesta que incorpora la noción de la equidad. De
ahí que se busque ubicar la educación de jóvenes y adultos vinculada con el
trabajo dentro de proyectos de país, que den lugar al surgimiento de opciones
sociales y económicas para los sectores de la sociedad más desfavorecidos. En
este marco resulta importante sustentar este interés educativo desde la
perspectiva del desarrollo humano, generando condiciones para una mejor calidad
de vida.
Respecto del constructor de Calidad de vida se trata de:
“(…) un
concepto que refleja las condiciones de vida deseada por una persona, en
relación con ocho necesidades fundamentales, que representan el núcleo de las
dimensiones de la vida de cada uno: bienestar emocional, relaciones
interpersonales, bienestar material, desarrollo personal, bienestar físico,
autodeterminación, inclusión social y goce de los derechos humanos.” (Schalock,
R.; 1997; en Verdugo Alonso, M. A.; 2001; p.104).
Desde lo antropológico social se destaca que, cada
cultura posee una visión de lo que para esa cultura es la calidad de vida, la
visión que aquí se expresa es la occidental en una subcultura, que tiene que
ver con la provincia de Buenos Aires, conurbano bonaerense y dentro de un marco
latinoamericano posmoderno.
La EDJAT debería insertarse dentro de una lógica
inclusiva para que permita redinamizar los espacios propios de las personas
marginadas y excluidas, incorporar sus actividades, sus “formas de hacer las
cosas”, sus conocimientos y su cultura del trabajo con la necesidad de que
dichas personas desarrollen la capacidad de generar iniciativas personales
orientadas a la creatividad y potenciación de sus propios recursos frente a un
contexto económico en constante transformación.
Resulta relevante y significativo para el siglo
XXI, que las políticas de EDJAT estén relacionadas con políticas de pleno
empleo y que incorporen la problemática laboral en los contextos de pobreza,
siendo sumamente importante el diseño, la gestión y la planificación del
currículo desde el nivel local respondiendo también, a la Región, definiendo
compromisos y prácticas, así como la necesidad de articular las políticas con
las diversas oportunidades económicas y productivas que presentan en el ámbito
local y en el amplio sector informal.
Como se expresó en un principio, es de notable
importancia que el Estado apoye a las ONG que cuenten con experiencias
exitosas, o que se encuentren en la tarea de focalizar su trabajo en sectores
de la población muy afectados en términos de ingreso y calidad de vida.
Resulta relevante cooperar con los sectores de las
ONG en los procesos de sostenimiento, acreditación oficial y en la confección
de estrategias para la incorporación de sus programas de educación laboral.
Educación No Formal y “funcional”, rol
social e inclusión socio-laboral en jóvenes y adultos en situación de
vulnerabilidad a raíz de la pobreza, en situación de calle y la violación de
sus DDHH:
Para poder brindarles a los/as jóvenes y adultos
una educación No Formal adecuada y funcional, resulta necesario conocer sus
características más particulares a la hora de tener presente los beneficios que
conllevan a una correcta enseñanza e incorporación apropiada de los
aprendizajes significativos y contextualizados. Para ello se requiere una
investigación psicosocial previa, que permita echar las bases para la
elaboración de estrategias didácticas adecuadas y actuales.
La competencia laboral propone el reconocimiento de
los conocimientos y habilidades de los individuos independientemente de la
forma y lugar como fueron adquiridos.
En el campo de la EDJAT, tanto en América Latina y
el Caribe en general, como en Argentina en particular, existen aún desafíos
para el mejoramiento de las relaciones entre educación y trabajo, ya que los
cambios tecnológicos y organizativos de la producción han provocado en todo el
mundo una cierta perplejidad. Y con
respecto a las instituciones educativas y de capacitación, se les exige
cambios.
Estos cambios pueden crear una cultura y un sistema
de diálogo y negociación entre los actores de la producción entre sí y con los
educandos. Puede ser un recurso efectivo
para el inicio de “La conversación real y comprometida”.
Para que la EDJAT sea funcional, los profesionales
de la educación Formal y No Formal, deberían tener en cuenta: el respeto por la
identidad de cada alumno/a. Ser creativos y generadores de conocimientos que
lleven a la reflexión. Promover la comunicación y entendimiento del entorno.
Estimular el descubrimiento en lugar de la conformidad y la exploración en
lugar de la disciplina.
“Millones y millones de jóvenes están
condenados a carecer de todo tipo de instrucción. De ahí que debe incluirse con
carácter prioritario, en la política educativa la generalización de la
educación en formas diversas según las posibilidades y las necesidades (…)” (UNESCO, 1995)
El rol de las Instituciones
Capacitadoras y la responsabilidad de sus actores.
La educación es un pilar fundamental en el cual se
reproducen las cuestiones sociales y el individuo puede elevar su autoestima y
fortalecer el respeto de sus derechos.
Se considera que los problemas educativos, como los
actores involucrados, deberían tener una mirada que trascienda, que traspase el
recinto escolar. Que los aprendizajes
sirvan a los alumnos y alumnas para la construcción de un verdadero rol
social y de vida Independiente, dentro de
una vida de calidad.
Por eso, es fundamental una nueva mirada desde las
funciones del Estado y las Instituciones
Educativas en materia de Capacitación laboral.
Desafortunadamente aún hoy sigue habiendo, en los
ámbitos educativos, culturales y sociales, barreras que obstaculizan la
implementación de apoyos y flexibilización, por ejemplo: curriculums educativos
estáticos e inflexibles, que frenan la incorporación de nuevas acciones basadas
en la valoración de las diferencias, de la diversidad, de las posibilidades y
los apoyos.
Desde las últimas décadas del siglo XX, en
Argentina, América Latina, el Caribe y
Europa, se está produciendo un amplio debate sobre los cambios educativos como
alternativas para hacer frente a los problemas sociales que han surgido en
forma masiva, y a favorecer los cambios educativos que son necesarios para
formar y construir una verdadera calidad de vida en los hombres y mujeres del
siglo XXI.
Se necesitan docentes y profesionales capacitados
en este nuevo paradigma de la educación: valoración de las competencias y
habilidades en la EDJAT en un marco inclusivo y diverso. Cambios que deben desarrollarse de modo
paulatino, paciente y permanente, con el compromiso de todos y todas. Teniendo presente que en todos
los ámbitos de la sociedad hay personas que son resistentes a los cambios y que
están cerradas en su propia realidad, que temen cambiar y otras que no desean
trascender ni transformar la realidad que los circunda.
La Educación Permanente, en el marco de la EDJAT,
podrá alcanzar sus objetivos en la medida que los/las docentes y directivos,
de las instituciones educativas,
encargados de desempeñar dicha labor, logren generar estrategias adecuadas a la
situación y contexto propio de esos jóvenes y adultos.
El distanciamiento entre los programas formativos,
registrado en las pasadas décadas, y las realidades de vida, provocó la falta
de acreditación y el vaciamiento de contenidos de los títulos otorgados por las
instituciones educativas. Agravado por la pérdida de calidad de la formación y
la posesión de un diploma que no acredita contundentemente la real apropiación
del conocimiento curricularmente definido.
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